Para sorpresa de nadie, miembros de la Iglesia Católica están otra vez en portada, esta vez por discutibles vínculos de religiosos con menores de edad, lo cual tampoco es sorpresa.
Hoy quiero escribir de la relación directa entre estos hechos y el Vaticano, o mejor aún: tratar de responder a la pregunta de ¿Por qué ocurre esto?
En el diario español El Pais: España y el Vaticano son ahora los países europeos con los límites (de consentimiento sexual) más bajos
La noticia de que el Nuncio Joséf Wesolowski habría tenido una conducta impropia de su investidura no sorprendió a nadie, a pesar de las enormes particularidades del caso; a saber:
- Filmado mientras consumía alcohol en centros de diversión.
- Filmado mientras merodeaba áreas recreativas frecuentadas por menores, en ropa de civil. Lo cual no prueba un delito, pero sugiere suficiente para ser considerado impropio a su investidura.
- Se le vincula con el sacerdote Alberto Wojciech Gil, de nacionalidad polaca, quien huyó del pais luego de denunciarse sus abusos en la comunidad de Juncalito.
- El Obispo Agripino Núñez Collado se refirieron al caso con palabras duras, algo poco usual debido al silencio al que nos tienen acostumbrados en estos casos.
- Por último, pero no menos importante: se trata del Nuncio Papal, una de las mas altas investiduras de la Iglesia Católica, protegido por inmunidad diplomática, con acceso a las mas altas esferas de poder. Algunos traerán a colación el Concordato del Estado Dominicano con el Vaticano, pero ya eso es otro tema.
A esto se le suma la serie de escándalos similares que han surgido en los últimos meses, como ya mencionado de Juncalito, o el sonado caso del padre Juan Manuel Mota de Jesús en Constanza, señalado con la acusación de violar a varias menores, solo por mencionar dos casos de los últimos meses.
De paso, el Procurador General de la República se refirió hoy al tema:
No permitiremos que nadie se escude en el bien ganado prestigio de entidades religiosas para cometer delitos, especialmente contra menores.
— F. Domínguez Brito (@DominguezBrito) September 4, 2013
El propósito de este post no es servir de noticiero, sino a tocar dos aspectos sustanciales que deben considerarse al tratar estos casos.
El primero tiene que ver con la pregunta ¿por qué suenan tanto los religiosos como abusadores de menores?
La respuesta a esa pregunta suele asociarse a que éstos son malos o que tienen tendencias delictivas. Nada mas lejos de la realidad. Los curas, como los maestros o los policías, tienen tanta tendencia a un comportamiento inaceptable como cualquier otro trabajo o profesión. La diferencia es que cuando un carpintero, un ingeniero o un chofer comete un delito de ese tipo no llama tanto la atención. ¿Por qué no llama tanto la atención? Porque se supone que el cura, pastor, maestro, etc. son personas que tienen nuestra confianza plena; les concedemos el cuidado de nuestros niños, la autoridad y el poder para instruirlos. Se presume que un maestro o un líder religiosos han sido formados con el criterio y la vocación de servicio; que han superado el rigor y disciplina las pruebas que se requieren para ejercer su profesión. Entiendo que por esta razón se le otorga mucha mas importancia a cuando el autor del delito (o supuesto delito) forma parte de un determinado sector social. Entiendo que es la misma razón de porqué los políticos suenan tanto cuando se descubre algo que es común en la ciudadanía, como los escándalos sexuales, por ejemplo.
El segundo aspecto se refiere a la posición de la iglesia respecto al sexo con menores.
Es conocido por todos que muchas tendencias religiosas tienen reglamentos muy laxos con respecto al sexo con menores, y no solo los cristianos, pues desde los mormones hasta los musulmanes, se distinguen por los matrimonios a temprana edad, y ciertas prédicas misóginas que se han perpetuado por los siglos.
Sin embargo, el caso particular de la Iglesia Católica llama la atención. El Vaticano es ambiguo en cuanto a la edad de consentimiento, la cual establece como doctrina en 15 años para las hembras y 17 para los varones, como edad límite para el matrimonio. Sin embargo la edad de consentimiento sexual en el Vaticano es de 12 años según el conocido Código Penal de Zanardelli, el cual rigió en Italia a partir de 1889 y que ha sido sustituido por otros en los 127 posteriores, pero que el Vaticano sigue tomando en cuenta. Numerosas fuentes proveen ambigüedad respecto a cual es la legislación aplicada, y varían entre los 12, 14 y 16 años.
Y esto nos lleva a preguntarnos si estas son las instituciones que debemos tomar como modelo para regir nuestra conducta moral.
Además nos obliga a reflexionar sobre nuestra la relación de sumisión que como ciudadanos profesamos a unas instituciones que no permiten discusión de sus ideas, que las imponen a la fuerza y que creen ser poseedores de la verdad absoluta.
Pero más aún: nos obliga a tomar a responsabilizarnos, empoderarnos y exigir que ley se aplique, no permitir la impunidad como sucedió con el cura acusado de abusos en Juncalito y que escapó del pais sin que se conozcan medidas a hacerlo responder ante la justicia. Lo mismo se debe exigir con el nuncio, pues no parece justo que la iglesia, quien mas exige justicia y cumplimiento de deberes, se escude tras el manto de la impunidad para proteger a los suyos.
Cuando vemos que los mismos jerarcas de la Iglesia Católica dan la cara, es evidente que apenas hemos visto la punta del iceberg.