Es la noticia del día: «el gobierno de los Estados Unidos cerró». Y la mayoría de los ciudadanos fuera de los EEUU se encogen de hombros mientras se preguntan que implica eso.
El concepto es extraño en un país como el nuestro, donde algo así es poco menos que imposible que suceda, ya que nuestro sistema de gobierno es muy diferente al de otras naciones, donde el cierre del gobierno puede ser cosa común, aunque sea por razones diferentes, como en Italia por poner un ejemplo.
Lo que el «cierre de gobierno» (government shutdown) significa es que dado que el gobierno federal no dispone de presupuesto para ejecutar y al no tener dinero debe suspender sus operaciones, hasta que el congreso le autorice el gasto nuevamente. Aquí las cosas seguirían normal, con tu sueldo atrasado hasta que aparezca dinero. Allá el estado no puede decirte que sigas trabando si no tiene el dinero para pagarte, de modo que todos los empleados que no son considerados «esenciales» se suspenden, indefinidamente, sin sueldo, incluyendo alrededor de la mitad de los empleados de la Casa Blanca, el 97% de los empleados de la NASA, el total de museos, parques, áreas de recreación, alrededor del 50% del personal de salud, transporte, energía, etc.
Evidentemente, como todo el mundo sabe, los militares no se verán afectados, pues el complejo industrial-militar del pentágono es intocable. Aunque no haya dinero para salud o educación, siempre hay para la guerra.
Me causó gracia ver este tweet de la cuenta de Twitter del capitolio:
Due to a lapse in government funding, this account will not be active until further notice.
— U.S. Capitol (@uscapitol) October 1, 2013
Ciertamente, la persona encargada de llevar las publicaciones de social media se va para su casa…
Volviendo al tema: por lo normal, el congreso debe autorizar un presupuesto al gobierno federal mensualmente, pero desacuerdos políticos hacen que el congreso utilice esta estrategia como medida de presión.
El caso actual tiene dos vertientes separadas pero que confluyen en el mismo problema:
- La no aprobación del presupuesto, que lleva al cierre temporal, una medida que puede considerarse chantajista.
Para lograr salir del impasse es necesario hacer recortes y uno de los dos partidos tendrá que ceder, pero ninguno quiere. Los republicanos atacan el plan de salud impulsado por Obama, que entraría en vigencia hoy (de paso, el cierre del gobierno no afectaría el plan de salud, pero ya esos son otros 500), sin embargo Obama se niega a aceptar recortes en lo que considera su mayor logro, su legado: salud universal para todos, incluyendo a casi 50 millones que no tienen seguro social.
Repito que el presupuesto se autoriza mensualmente, y probablemente lleguen a un acuerdo en los próximos días. La pregunta seria ¿quién cederá? - El problema de la deuda pública, que se refiere a que el gobierno ha llegado al límite de endeudamiento que le permite la ley. Para seguir operando el gobierno necesita dinero y el congreso debe autorizarlo, pero este no está en disposición de permitirle mas dinero al gobierno a menos que se recorten gastos (de nuevo al punto 1).
Este problema ya se vió en 2011, cuando estuvo a punto de llegar a cesación de pagos y el congreso autorizó incurrir en mas deuda faltando minutos para el plazo; de nuevo se avecina el fantasma para el próximo día 17 de octubre, fecha en la cual deberá ser aprobado un nuevo límite de endeudamiento, y si no es logrado entonces EEUU entraría en cesación de pagos, es decir: no hay dinero para pagar la deuda (o sea: entrar en default como ellos dicen), lo cual significaría que EEUU entra en el club de países en bancarrota como Grecia o Portugal y esto implicaría una crisis económica mundial de consecuencias impredecibles.
En resumen: la actual crisis significa que los partidos políticos de EEUU (Republicano y Demócrata) están obstinados en no ceder sus puntos de vista y lo están haciendo a cualquier costo, aunque esto pueda significar un grave revés político en las próximas elecciones congresionales. Alguien tiene que ceder, y nadie quiere que le tumben el pulso.
El punto 1 explicado mas arriba pasa con frecuencia, de hecho durante la presidencia de Reagan hubo 8 cierres de gobierno, algo que realmente comenzó en 1976 durante la presidencia de Jimmy Carter quien se preguntó «Ante esta situación ¿debo mandar los empleados a casa o puedo dejarlos trabajando sin sueldo hasta que todo se regularice?» y la respuesta legal fue que debían ir a casa. Desde entonces se ha convertido en una herramienta política, y la última vez fue durante la presidencia de Clinton (diciembre 1995 – enero 1996).
El segundo caso no se ha dado nunca en los EEUU, aunque estuvo cerca durante 2011, y es mucho mas complejo
¿Qué sucederá? Alguien cederá y en los próximos días se llegará a un acuerdo, quizás algunas semanas, probablemente próximo al 17 de octubre, en caso de que los republicanos aguanten la presión de 2 semanas. Los republicanos creen que pueden hacer daño político al presidente, y Obama cree que ya no tiene nada que perder, pues la culpa recaería sobre aquellos republicanos que tienen la vista puesta en el futuro.
Si quieres enterarte mas sobre el tema, sugiero leer los siguientes enlaces:
- Los efectos del cierre, agencia por agencia
Un detalle de como afecta a cada agencia este cierre, que tipo de servicios ofrece y cuantos empleados quedan suspendidos. - Cinco preguntas para entender el cierre del gobierno de EEUU
Otra explicación de la problemática - El ‘cierre del gobierno’ en EEUU, un riesgo con coste económico y político
Las implicaciones del cierre en términos políticos y económicos para los bandos en pugna. - Una forma muy americana de hacer política
Nos cuenta como esto ha estado sucediendo en los últimos 30 años. - Los republicanos fuerzan el primer cierre del Gobierno desde 1995
Es interesante notar como funciona la alta política en ese país, y como llegan a trancar el juego en base a obligar al bando contrario a cumplir a rajatablas con la ley, aunque se llegue a una situación tan dramática, como dejar a cientos de miles de personas sin empleo, millones de personas sin servicio público, solo por demostrar la obstinación infinita por parte de sus líderes.