El llamativo subtítulo dice que:
Es un curioso método de seducción: si el macho no parece interesado, arrojarle una piedra puede llamar su atención.
Y no puedo evitar pensar que es un comportamiento «humano, demasiado humano». De hecho, llama la atención que, según el reportaje, estos primates son los primeros en usar herramientas, después de los humanos. Sigue siendo muy humano, pero no es lo único en común, hay más, cito:
A diferencia de otras monas, las capuchinas no poseen indicadores físicos para mostrar cuando están en su fase más fértil o favorable a la concepción.
Sin genitales hinchados de brillantes colores y sin fuertes olores para comunicar su estado, las hembras capuchinas muestran que están listas para aparearse a través de su comportamiento.
Para llamar la atención de los machos, hacen muecas pronunciadas, chillan o los tocan y se alejan galantemente.
Cuando las capuchinas de la Sierra de Capivara persiguen a los machos, este comportamiento puede intensificarse y llegar a que una hembra arroje piedras directamente al objeto de su deseo.
Y uno se pregunta como entnder a las mujeres, pero es obvio que no se puede, es algo que está en los genes.